25 julio, 2012

Conversación desesperada


Si la lluvia cayera en mi ventana
Olvidaría las lágrimas de mis mejillas
Lágrimas del cielo caerían
Y las mías, serían nada

Si nada fuera, Señor mío
Qué fácil sería irme al averno
En una fría noche de invierno
Entre tristes cantos y desesperados gritos

Qué fácil sería, mi Señor
Si por fin un día llegara
En que nadie me esperara
Dejar de sentir dolor

Lluvia, lluvia, llévame contigo
a un viaje por la profunda tierra
entre sus raíces, espera
deja guardar mi abrigo

Desesperada estoy, Señor mío
que sin creer en ti  te hablo
y casi desnuda al frío salgo
queriendo convertirme en rocío

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